Esta es mi historia.

Todo empezó cuando mi madre me decía en casa que tenía que dedicarme al sector de la interpretación y podía empezar recibiendo clases en la escuela, pero combinarlo con la gimnasia rítmica era complicado al entrenar todos los días de la semana. A los 16 años, tuve la oportunidad de bailar e interpretar en mi primera obra de teatro y a partir de ahí me di cuenta de lo que se podía llegar a sentir en un escenario, lo grande que puede sentirse una persona al expresar, dar voz a un personaje, contar historias, hacer sentir al otro tus propios sentimientos.

Podría contar mis experiencias pero sería demasiado aburrido, así que iré al grano. El día que por fin decidí decir en voz alta que la interpretación era mi vida y quería empezar formándome para aprender desde lo más básico, recibí un no de una persona muy importante como respuesta, puesto que «eso es el mundo de yupi». Obviamente, gracias a mi madre seguí mi camino, construyendo poco a poco esta faceta que me hace tan feliz.

Ponerme retos a mi misma es algo que me caracteriza y cada obstáculo que aparece en mi vida, trato de superarlo y verlo de una manera positiva, sea como actriz, bailarina, o a nivel personal, lo que tengo claro es que quedarme en la comodidad no es parte de mí, sino ir a por lo difícil, lo que me hace crecer.

Amo actuar, ya sea en teatro como en ficción. Amo sentir cada cualidad de los diferentes personajes, conocer el mundo, alejarme de ser Elia para vivir siendo otras personas en cuerpo y alma, compartir experiencias y crecer en el camino, formarme constantemente para abordar todos los retos que se me propongan, y seguir siendo feliz de esta manera, actuando.